Terapia Ocupacional

La Terapia Ocupacional es una profesión sanitaria que se ocupa de la promoción de la Salud y el Bienestar a través de la ocupación. El principal objetivo de la Terapia Ocupacional es capacitar a las personas para participar en sus actividades de la vida diaria y así mejorar su inclusión en su esfera biopsicosocial.
Los terapeutas logran este resultado mediante la utilización terapéutica de actividades significativas para el individuo, ya sean actividades de autocuidado (comer, lavarse, vestirse, etc.), como actividades productivas y lúdicas. También aumentan la participación de la persona adaptando las demandas de las tareas o modificando el ambiente para lograr la máxima independencia posible y mejorar la calidad de vida de la persona.

La intervención desde la Terapia Ocupacional consistirá en:

  • Evaluación, asesoramiento y entrenamiento para favorecer la autonomía personal en las actividades básicas e instrumentales de la vida diaria.
  • Evaluación y orientación sobre el resto de ocupaciones significativas para la persona (ocio, formación, etc.).
  • Evaluación, diseño y entrenamiento en el uso de productos de apoyo: ortesis, férulas, adaptaciones en el domicilio, etc.
  • Evaluación y tratamiento integral del tronco, miembro superior y la mano.
  • Evaluación y tratamiento específico desde el enfoque de la Integración Sensorial.

 

¿Qué es la Integración Sensorial?

La Integración Sensorial es el proceso neurológico que integra y organiza todas las sensaciones que experimentamos de nuestro propio cuerpo y del exterior y nos permite generar una respuesta adaptada a las demandas del entorno.

La Teoría de la integración sensorial es una respuesta científica a múltiples y muy diversos problemas infantiles de aprendizaje, comportamiento, desarrollo y descoordinación motriz, tales como la hiperactividad, la mala inserción escolar, las disfunciones relacionadas con el autismo o las dificultades en el proceso de alimentación.

El Trastorno de Procesamiento Sensorial puede ser descrito como una condición por la cual el sistema nervioso recibe mensajes de nuestros sentidos, pero tiene dificultades en el procesamiento de la información sensorial para trasmitir adecuadamente las respuestas motrices y comportamentales.

Las personas con una disfunción en la Integración Sensorial malinterpretan la información sensorial cotidiana como el tacto, el sonido, el movimiento, etc. Ellos pueden sentirse abrumados por dichos estímulos y pueden buscar ciertas experiencias sensoriales y evitar otras de forma poco adaptativa.

Signos de disfunción en Integración Sensorial

No todos los niños con problemas de aprendizaje, desarrollo, o de comportamiento tienen una disfunción de integración sensorial subyacente. Hay, sin embargo, ciertos indicadores, que pueden señalar a los padres si está presente dicha disfunción:

  • Hipersensibilidad al tacto, movimiento, luces o sonidos: irritabilidad o retirada cuando se le toca, evitar ciertas texturas de ropas o de comidas, distracción, o reacciones de miedo al movimiento en actividades ordinarias, etc.
  • Hipo reactividad a la estimulación sensorial: buscar experiencias sensoriales intensas, por ejemplo, dar vueltas sobre sí mismo o chocar, empujar, saltar continuamente, etc.
  • Nivel de actividad inusualmente alto o bajo.
  • Problemas de coordinación: algunos niños pueden tener un equilibrio pobre, mientras que otros tienen gran dificultad en aprender a realizar nuevas tareas que requieren coordinación motora.
  • Retraso en el habla, lenguaje, habilidades motoras o rendimiento académico.
  • Pobre organización del comportamiento: algunos niños pueden ser impulsivos o de fácil distracción y mostrar falta de planeación al abordar las tareas. Algunos niños tienen dificultad al ajustarse a una nueva situación. Otros pueden reaccionar con frustración, agresión, o huir o rechazar cuando se dan cuenta de que fracasan.
  • Pobre autoestima.